La vieja escuela

Os presentamos nuestro último trabajo: "La vieja escuela", disponible para descargar desde aquí y para escuchar on-line en las principales plataformas.

Con las colaboraciones de Bode y Pajarillo (Porretas) y Lülü.






Contando los días (2009).

Contando los días

El mismo traje

Cuida de no creer ser Dios
no vayas a ser paje,
que aunque de distinto color
tenemos el mismo traje.

Cuéntame que te hace mejor,
luego dime si es bastante
para sentirte superior,
para ser más importante.

Juzgas y no tienes moral,
hablas como el del bigote.
Un vacío esta por llenar
entre frente y tu cogote.

Corazón de hormigón
que no atiende a razón,
¿Qué le pasa a tu cabeza
que ni escucha ni se deja?
Sangre de un mismo color
que ha derramado tu pasado,
sólo son las sombras
que la infancia te ha dejado.

«En un mundo lleno de odio
la carrera la gana el más rápido,
sin preguntar por el de al lado,
sin ningún problema en pisarlo.
Si piensas que así es la vida,
que los demás reptan abajo,
no dudes que con la misma moneda
te pagarán tus regalos.
Hay gente más sabia
que piensa que no hay altibajos;
que la tela no importa,
sólo lo que guarda debajo.
Sólo hay una diferencia
que hay con tu semejante,
la guardas en tu cabeza
de cortas miras, ignorante.»

Lleno de razón y virtud,
de los fallos te libraste.
Pero es sangre con tinte azul,
De tu nube no bajaste.

Tu obsesión se tiñe de gris
sobre el blanco de tu imagen.
En la vida hay más de un matiz
que tu te dejaste al margen.

Mal trato

Buenos días a esa ventana sin sol,
testigo mudo del final de este amor.
En la almohada queda el sabor del alcohol
de esos labios que juraron su calor.

Sueños que anidaban todos llenos de color
y se fueron marchitando como flor en un jarrón.
Besos que enviaban caricias al corazón
ahora oxidan cañerías de ilusión.

En el silencio se acabó la melodía,
tantas palizas que marcaron la rutina.

El pasillo lleva siempre al salón
donde las promesas se rompieron tras un bofetón.
Y a la esquina de ese maldito arcón
que olvidó los buenos recuerdos que antes guardó.

Y así se pasa los días
con la mirada perdida,
y no encuentra otra salida
que quemar su vida junto a un hombre cruel.
Cansada y dolorida,
despojada de su estima.
A veces más muerta que viva
lame sus heridas cuando no la ven.

El pasillo lleva siempre al salón
donde las maletas le dijeron que todo acabó.
Nueva vida, pone a cero el reloj.
Atrás queda el infierno vivido que nunca eligió.

Paso a paso

Paso a paso voy pensando: ¡Vaya vida perra!
Hace tiempo que ha perdido el rumbo.
Las ilusiones se han podrido, se han quedado sin agua.
La veleta de los sueños ha dejado de girar.

Mosqueado miro al cielo y grito con rabia:
¡Las palabras se las lleva el viento!
Verdades y mentiras que voy coleccionando.
Desconecto por un rato, necesito respirar.

Hoy no me puedo dormir, ¿mi sueño dónde está?
Se equivocó de camino.
No quiero nada de ti, maldita soledad.
Qué cabrón el destino.

Reventado, dando tumbos, voy cogiendo el tipo:
Piso fuerte, no me siento hundido.
Los minutos van pasando, yo sigo en mi sitio:
contra marea, navegando, no me pueden parar.

Estoy cansado de andar sobre trozos de cristal.
Recojo mis maletas, no te quiero ver más.
Ya no se qué es el miedo, procuro escapar.
Enganchado a su pelo, soy capaz de volar.

Currando en el ladrillo

Un día me ví molido
y sin un duro en el bolsillo
me dije: Vamos quillo,
ve a currar en el ladrillo.

Estamos de todos lados:
negros, blancos y morados.
No importa de donde seas,
somos todos explotados.

Un mono y un par de botas
y un casco amarillo.
Me fui para la obra,
voy a currar en el ladrillo.

En la construcción currar es muy sencillo,
bendito sector este del ladrillo.
Nada ha cambiao, curramos como antaño.
Sólo ten cuidao: no te caigas del andamio.

Es un curro interesante,
estás un montón de horas
y en lugar de pagarnos
dos patadas en la...

"Y así es como estamos,
de seguridad ni hablamos".
Eso me dijo el Pepillo,
sólo pasa en el ladrillo.

Hoy ha sido un mal día:
el Pepillo se ha caído.
Me dicen que no llevaba
el puto casco amarillo.

Hemos hecho una huelga,
en la obra hemos parado.
Cuando llegan los maderos
estamos todos sentados.

Y mi amigo ha palmado
con mujer y con chiquillos.
Y en la tele sólo han dicho:
"Otro muerto en el ladrillo".

A cielo abierto

Cuatro cajas de cartón
componen mi habitación.
Un banco el mejor colchón.

Miradas sin compasión
vierten sólo frustración
y me aferro a mi adicción.

Las palomas son mis mejores amigas,
sobras y aire mi comida.
Hoy duermo en un parque, mañana en alguna acera.
Un estanque mi bañera.

Heladas me esperan a cielo abierto.
A veces despierto y los pies ni siento.
Harapos, colillas, suelas gastadas,
botellas vacías, no me queda nada.

Ni las almas pías oyen mi lamento,
leve bocanada de mi último aliento,
un hilo arrancado de una vida errada.
Destino, a su antojo, tuerce la mirada.

«Vivo ajeno
de memorias,
de cuidados
libre estoy;
busquen otros
oro y glorias,
yo no pienso
sino en hoy.
Y do quiera
vayan leyes,
quiten reyes,
reyes den;
que sin pena
y descuidado
de su cena
ceno bien,
y en la rica
chimenea,
que recrea
con su olor
me regalo
codicioso
del banquete
suntuoso
con las sobras
de un señor.»
(Adaptación del poema "El mendigo" de José de Espronceda)

Sombras en el callejón
me devuelven la razón:
Hoy me falta tu calor.
(Y hoy también... y hoy).

Es el precio de saber
que no ha habido dos sin tres,
que el pasado no es ayer.

Un pasado hipotecado, recuerdos desordenados,
lo único que me ha quedado.
Un cartón de vino tinto, el resumen de mi vida.
La bebida fue mi ruina.

Versión original

Nena, he hablado con la luna llena
pa decirle que no haga la cena,
que esta noche no voy a dormir.
A su lado no me siento tan colocado
como cuando estoy a tu lado
y me encierro dentro de ti.

Y suenan en la radio algunas canciones.
Ya no tengo preocupaciones,
sólo tiempo para probar
tantas drogas que me ofreces sin prohibiciones
cuando bajo tus pantalones
y me haces más animal.

Esta noche estoy despierto
sólo quiero estar muy dentro, muy dentro de ti,
y sentir el sol entre mis piernas.
Y tocar las estrellas,
poder parar el tiempo, romper el reloj
y, por fin, poder soñar despierto.

Juegas con tus manos por mis rincones,
se aceleran las pulsaciones:
melodía siempre al compás,
que compones sin censura o imitaciones,
sin trasfondo ni explicaciones,
en versión original

Na, na, nara, na, na, na... Poder soñar despierto.
Na, na, nara, na, na, na... Esta noche no vas a dormir.
Na, na, nara, na, na, na... Poder parar el tiempo.
Na, na, nara, na, na, na... Sólo quiero estar dentro de ti.

Espejos convexos

El espejo convexo devuelve el reflejo de tu fantasía:
es el rostro asolado que dejan tus huesos debajo tu piel,
el semblante del ansia que luce el pellejo sobre las costillas
y que las gafas del miedo a ser rechazada no te dejan ver

Y a tu alrededor
blanco sin fulgor,
siluetas de un banquete que no asienta en tu interior.
Perlas de sudor
bañan tu mentón.
Manos aferradas a unas piernas sin control.

El puchero se ríe, nunca va de frente, siempre te domina.
Inquilino pesado prepara su baza: engañar al juez.
El verdugo taimado se mete en tu cuerpo entre tus encías
y te saca de golpe lo que en tus entrañas pudiste meter.

Se levantan las brumas, luces amarillas bailan deprimidas
y recitan a coro: "¿Qué te has hecho, niña? ¿Un tajo otra vez?"
Entre los doseles vuela un desamor, aletea tu vida,
la mismita que un día entregó a su alegría un falso carné.

El sitio de mi recreo (Letra original: Antonio Vega)

Donde nos llevó la imaginación,
donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos.

Donde se creó la primera luz
germinó la semilla del cielo azul,
volveré a ese lugar donde nací.

De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo.
De nieve huracán y abismos
el sitio de mi recreo.

Viento, que en un murmullo parece hablar,
mueve el mundo y con gracia le ves bailar,
y con él, el escenario de su hogar.

Mar bandeja de plata, mar infernal,
es un temperamento natural.
Poco o nada cuesta ser uno mas.

Silencio, brisa y cordura dan aliento a mi locura.
Hay nieve, hay fuego, hay deseo
allí donde me recreo.

Donde nos llevó la imaginación...